jueves, 17 de diciembre de 2009

El Puebla: antónimo de plan

No llegamos a fastidiarnos, solo pasamos del aburrimiento al hartazgo; si fuéramos aficionados pasionales, nuestro diagnóstico psicológico sería de traumados. Sin embargo la vida es amplia y no consiste sólo en el futbol, afortunadamente hay autonomía y podemos apagar la tele, los recuerdos más recientes de asistencia al estadio Cuauhtémoc datan del pasado mes de abril.

No es ameno repetir los temas de transferencias, altas y bajas, jugadores “nuevos”, “refuerzos” (sin fuerza), “cerezas” (sin pastel y pastel con pasitas). Se mencionan pero no entretienen.

Igualmente el drama (tragedia) familiar de los concubinos Bernat-Henaine y sus huérfanos jugadores no tiene ni siquiera guiones nuevos. Es comprensible entonces (pero no ético) que los reporteros publiquen “grandes” noticias como “otra vez renunció Chelís”. Es comprensible y relativamente fácil para los aficionados (¿mediocres?) cambiar cada quince días de playera; pulularon las cruces azules en la angelópolis, siempre hay amarillas y ralladas; es una franja en el pecho la más INESTABLE.

Reflejo de su situación. Nunca hay planes más allá de cuatro meses (entrar a la liguilla, es extra). ¿Qué cónyuge aceptaría pensionar tres años a sus hijos si el divorcio es tema cada fin de temporada? Mucho menos invertir en casa propia, (es el compadre precioso quien “presta” el Cuauhtémoc). No hay bebes nuevos, dicen que no alcanza el presupuesto para criarlos, eso sí, se aceptan los arrimados, comen poco, y con la fama deL institutriz para enseñarles a trabajar, cualquier jugador de futbol amateur pasa como “refuerzo”.

No hace mucho, nuestra fe en chelís, se escribía con mayúscula; cierto que aún existe, pero sigue una línea diagonal descendente (o decadente, ojalá fuera diagonal retrazada con delantero en el manchón penal). Seguimos presumiendo la capacidad innata del entrenador poblano por aprender y “crecer”; caerán cabezas con mejores números, estadísticas y re-nombres, pero Chelís siempre asciende… El Puebla NO; de ahí que muchos aficionados le critiquen “usar” el equipo como plataforma para su imagen.

Particularmente no lo pensamos así de manera explicita. Hablando SÓLO del aspecto económico, en su defensa pueden hablar Zamogilny, Davino, Osorno, Núñez y ahora Cherokee, (dudamos de Jared). NO los tildamos como desagradecidos, NO. Pero ninguno de ellos podría “crecer” económicamente quedándose en Puebla.

En resumen: Digamos que el pelón que trabaja como institutriz de esta familia poblana, hace MUY BIEN su trabajo de enseñanza, le pone ánimo, y cuando cumplen la mayoría de edad, los niños se van con otras familias más estables y sin problemas maritales; claro, con una sustancial lana de por medio.

Esta económica actividad es la que hace que escribamos con minúsculas nuestra fe en chelís, porque ÉL así nos la hace entender: Solicitó entre otras cosas, aumento de sueldo advirtiendo renunciar en caso de no obtenerlo, (muchos reporteros insisten en que sí renuncio, ¿O sí habrá obtenido el aumento?). Pidió instalaciones propias para entrenar, y NO DESHACERSE de ningún jugador, días mas tarde dijo que aceptaría la venta de Cherokee si se invertía ese dinero en fuerzas básicas, más tarde se chismeó en los medios que el entrenador pedía “ayudar” a que el jugador se fuera; Sergio Cherokee Pérez ya está en Monterrey, y muy pero muy contrario a su costumbre, Chelís ordenó a los niños no hablar con periodistas. Primero EXIGE apoyo, continuidad y planes para el club, posteriormente “acepta” las condiciones de Henaine. Estas son artimañas características de la política, para “agarrar hueso”, para “posicionarse”, para quedar bien con el jefe, para no perder la chamba, para hacer y hacerse de favores posteriores.

Y como última prueba para minimizar nuestra fe, están loS “refuerzoS nuevoS”: UNO: Marcelo Palau, en su casa lo conocen, por lo que NO podemos criticarlo ni demeritar su profesión. De los otros tres, podemos los aficionados, hablar y criticar laaargo y tendido porque SÍ los conocemos.

De manera personal nos agrada y aplaudimos el regreso del Bola y de Hiber, igualmente después de leer hartos comentarios en internet podemos REconocer a Marco Capetillo y demeritar con justicia su trayectoria futbolística.

Los aficionados NO están “juzgando ni criticando antes” como dice Chelís, puesto que no se puede hablar de lo que no ha pasado; pero existe la palabra ADVERTENCIA, así como la palabra ESPERANZA. No queremos vender, juzgar, criticar y hasta crucificar a Jorge Villalpando por el próximo torneo Bicentenario, sino por ERRORES en su trayectoria, (pero como aún no es mayor de edad sigue siendo el consentido deL institutriz).

A los aficionados NO NOS MOLESTA tanto que estos “refuerzos” sean buenos o malos, conocidos o nuevos. Sino que nos los venden y presumen, como REFUERZOS, y no como suplentes de los que “no pudieron comprar”. Es más honesto decir que no hubo refuerzos, solo retornos.

A los aficionados NO NOS MOLESTA tanto que se valla Sergio Cherokee Pérez, sino que con su millonaria transferencia NO se compren refuerzos, NO se invierta en fuerzas básicas, NO bajen los precios de los boletos, NO CREZCA EL CLUB; y sí la imagen del entrenador, y sí la cuenta bancaria de los “dueños”.

No sólo es atole con el dedo, no sólo es más de lo mismo: es peor de lo mismo.

P.D. Si el argumento de los dueños del club es que “no hay presupuesto”, debería ir acompañado de cuentas claras (cantidades, sueldos, números, porcentajes); claro que los aficionados no somos parte de su sociedad y si entre ellos no saben quien gasta y en qué, sólo nos queda “criticar y juzgar” y sacar nuestras propias conclusiones.

René Avendaño Villafuerte
paraqueatuvuelta@hotmail.com

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