sábado, 19 de diciembre de 2009

Chivo expiatorio

En muchos medios de comunicación se lamenta y en otros pocos se “celebran” las acciones de Jorge Vergara con sus chivas; así en minúscula porque los trata como animales y no como jugadores de futbol, no como “profesionales”, no como trabajadores de su “gran” empresa, mucho menos como personas.

Es el equipo “emblema” del futbol mexicano, es el equipo de México (sin comillas, el otro es de Hidalgo), es el equipo mexicano más conocido en el mundo, es el equipo base de la “selección nacional”; por lo tanto es la muestra más clara, publicitada, más vista y más vergonzosa del futbol en este país.

De ser aquel equipo donde sus aficionados tenían mucha voz y hasta voto, al igual que un ejido o una sociedad cooperativa, al igual que un organismo público (Telmex, LyFC, Pemex), llega el dinero y los convence de vender (o liquidar a los empleados) y convertir TODO en empresa privada a la orden del patrón.

Pero hay quien dice que la llegada de Jorge Vergara a Guadalajara fue “para bien”. ¿Quién diría esto? Sólo los publicistas, el rating, el mismo dinero. Sólo a los “sensacionalistas informadores” les agrada la imagen y “polémica” que causa el empresario, porque les da de qué hablar, caen en su juego, se vende más su diario o revista, les pagan desplegados, se ven sus canales. Todo es negocio redondo: su “populista” imagen, los medios y periodistas coptados, su empresa sin empleados contratados y con millones de vendedores sin sueldo y las Chivas de Guadalajara, todos SERVILES a sus pies. Es la viva imagen de la aceptada mediocridad de este país.

Futbolísticamente los aficionados de las Chivas, cada día se asemejan a sus rivales Águilas. (y los 16 más) Mansos y mensos van al estadio a desahogar su mediocre vida, tomar cerveza y mentarle la madre de igual manera al árbitro que al rival o a Ramoncito o al hueco Bofo. Si ganan en la cancha se dan declaraciones, habla bien de todos, y se venden productos rallados; si pierden, se dan “escándalos” se habla mal de todos y se venden productos rallados; si no hay futbol, se echan a la calle a los empleados, se habla mal o bien del patrón y mal o bien del empleado… SE VENDEN PRODUCTOS RALLADOS. ¿Gana algo el futbol? ¿Gana algo la afición? ¿Gana algo el país?

¿Cómo nos entretienen mansos y mensos? Esta pregunta se la debe hacer cada aficionado, puesto que a todos los seres humanos se nos dotó de la misma capacidad cerebral, sin embargo según el uso que le damos obtendremos cada uno distinto nivel de mediocridad.

Que todos “ya sabemos” de las tranzas de los políticos y empresarios. (Pero seguimos ejerciendo “nuestro derecho y obligación de votar”… por quien ellos digan) Que es “típico” de Vergara o de Hurtado o de Calderón o de Salinas. Que no tenemos memoria. (Porque no nos conviene que nos recuerden que nunca hemos hecho nada) Que el fútbol es sólo entretenimiento. (y nos negamos a ver en el la semejanza con la política y la vida entera) Que los ciclos y eras se terminan. (Y le exigimos al prójimo que cambie, porque es sencillo ver los errores del de enfrente.)

Ramón Morales es jugador (empleado) de la empresa Club Guadalajara, (como lo fue Antonio de Nigris de Monterrey, como lo son cientos de jugadores CON CONTRATO FIRMADO de los diversos equipos). No obstante cualquier desacuerdo con el dueño (o labor deficiente-baja de juego) puede causar que lo cambien de departamento. Está en su “derecho” el dueño, pero hacerlo PÚBLICAMENTE ante cámaras y micrófonos nos indica mucho más que una relación laboral. El obvio desprecio y resentimiento hacia el trabajador, es una sanción que no está en su contrato, edemas al ser un jugador “emblema del equipo” claramente es una advertencia contra los demás.

Ningún SER HUMANO (aunque sea goleador o pésimo jugador) merece ser tratado como chivo. Sin embargo en caso de que el empleado Morales Higuera defienda su DIGNIDAD y se queje, no sólo perdería su chamba, sino también su profesión. Legalmente sí le harían “valido” el contrato y le pagarían su indemnización, no obstante como pasó con Antonio De Nigris le imprimirían una carta de MALA conducta que consta de no darle trabajo en ningún club afiliado a la F.M.F., similar a tener una constancia CON antecedentes penales.

¿Habría funcionado un sindicato de futbolistas en México? La duda cabe; pero en la actualidad las empresas (y el gobierno a su servicio) acomodan las leyes y “tienen facultad” de decretar que no existe tal o cual sindicato.

Defendiendo la DIGNIDAD HUMANA, desearíamos que Ramón Morales siguiera el ejemplo de Antonio de Nigris, pero somos realistas, y entendemos el conformismo “típico” del mexicano, de tal manera que el empleado Ramoncito hará lo que su patrón le mande.

Rechazando la dignidad humana Jorge Vergara usa a Ramón Morales como chivo expiatorio para quitarse culpas, hacer advertencias y hacerse publicidad.

René Avendaño Villafuerte
paraqueatuvuelta@hotmail.com

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