martes, 19 de enero de 2010

Caricatura poblana

Disculpen los fanáticos, los sentimentales, los apasionados, y los serios; pero nacimos mexicanos y una de las mejores maneras de pasar y superar los problemas, es reírse de ellos. Más aún si no tenemos vela en el entierro.

Literalmente nos carcajeamos del “matrimonio” Bernat-Henaine, dueños del club Puebla de La Franja. ¿Por qué? Pues porque notablemente los dos son odiosas personas, y a cualquier aficionado del equipo le surgen ideas vomitivas cuando se mencionan sus apellidos. (¿Qué pensará Capulina?)

Es como soltar la carcajada al momento que el gato resbala o le cae un piano encima cuando persigue al ratón. Sólo que en esta caricatura poblana son dos ratas quienes usan como su gato al club Puebla, y nada nos impide reírnos de las involuntarias trampas en que caen ellos mismos.

No negamos tampoco que la alegría sea mayor si quien recibe el golpe sea quien lo quiso dar; si a quien se dice honesto se evidencia mentiroso; y sobre todo, si quien en su afán de salir como héroe en todas las fotos y pantallas, explique en palabras propias que le vieron la cara que tiene. Sí, Ricardo Henaine Mezher, “actuando de forma defensiva”, exhibe que le vieron la cara de pensante; e intenta que la mensa sea la FMF a.c., pero esta se deslinda afirmando que depositó ese dinero a “quien ostenta los derechos del certificado de afiliación del Club Puebla”. (aunque no menciona con que documentos validó ese título).

Hemos criticado siempre la ingerencia política en empresas privadas, y nos da gusto que se les caiga el templete, (o al menos que se afloje). Por obvias razones, la política y gobierno son públicos, y este tipo de conflictos de un club privado de futbol se hacen escándalo. Regularmente los empresarios esconden lo más posible sus tranzas, los políticos las exhiben.

Ciertamente Francisco Bernat también tropieza y asume que “salvó” (se agenció para sus agencias) siete millones de pesos, pero menciona que Henaine se “guardó” otros 25. El comal le dijo a la hoya: Toy tiznado, pero menos que vos. ¿Cómo pueden “robar” dinero de la empresa de la que son dueños? De la misma forma presumen que ELLOS pagaron los sueldos de SUS empleados; se sacan billetes del bolsillo derecho y los meten al izquierdo.

Entonces, “bienvenido lo que aniquile al enemigo… manque venga del enemigo”; y nos queda muy claro que los DOS son enemigos del equipo y de la afición, así que agradecemos los golpes y puñaladas entre ellos, ambos tienen cola larga. Ansiosos esperamos que se maten; casi, casi, retomamos y acomodamos aquellas palabras de Emilio Maurer que deseaba que Henaine se suicidara; qué mejor que sea Bernat quien lo asesine y viceversa.

Lástima que sólo en nuestros renglones asemejamos al club con un matrimonio; aquí la herencia pasaría a Chargoy, Chelís y jugadores; sin embargo, y (con embargo de por medio), estos conflictos “maritales”, por manchar a la “familia” FMF a.c. se vislumbran más tranzas litigantes y posteriores expropiaciones; peor aún, desafiliaciones, que siguiendo los términos conyugales, vendría siendo como desheredarnos a todos los aficionados poblanos… dejarnos sin equipo.

¿Qué otra salida podemos esperar los aficionados de a pie? ¿Qué nos debe quedar claro?

Las acusaciones con pruebas o no, entre Bernat y Henaine, no los hace santos ni menos rateros. Muy al contrario, al hacerlas públicas evidencian su raquítico nivel humano.

Sabemos que jamás se van a poner de acuerdo. El equipo funciona sólo si UNO de ellos pone el dinero, el OTRO desaparece y Chargoy administra.

Aunque alguno de los dos tuviera la intención de vender o comprar, las acciones (de los dos) están embargadas y NADIE, NI UN TERCERO, puede comprar.

Por otro lado, suena curioso y cómico escuchar comentarios de que los aficionados se quieren organizar para “correr” a los directivos. Hace cien y doscientos años fue para derrocar gobiernos. Y como mexicanos no tenemos mucha fe en que exista final feliz, el país entero aceptará e incluso festejará la bicentenaria crisis, lamentablemente tener fe en héroes caídos del cielo o candidateados, sólo detiene y mantiene la mediocridad nacional. En el problema del Puebla de La Franja (el del estado y del país) no podemos desear que sigan en las mismas condiciones, no debemos apoyar a ninguna de las partes, debe terminar de caerse, destruirse y comenzar algo nuevo, algo honesto, algo serio, algo digno.

Deportivamente cada torneo es sólo una efímera esperanza; pasajera, entretenedora, hueca; porque así es nuestra mexicana memoria; no crea bases, olvida, no aprende.

René Avendaño Villafuerte
paraqueatuvuelta@hotmail.com

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