lunes, 19 de abril de 2010

El Cuauhtémoc, una aventura extrema

De: Aficionado del Puebla

La Directiva poblana, sin que medie razón u explicación alguna aprovecha y sube los precios de las localidades cuando vienen los equipos “grandes” importándoles un bledo la situación económica de la gente o su lealtad hacia el equipo.

No conformes con ello, también incrementan el precio de la cerveza, refrescos, botanas, cemitas y todo lo que venden dentro del inmueble. Así nomás, porque es el último partido de la temporada. Pero no sólo es eso.

El domingo pasado, en el juego con Cruz Azul, me encontré que como subió el precio de los boletos, también los franeleros o viene-viene que cobran porque uno se estacione en la vía pública, decidieron incrementar el precio de la “estacionada”. Ojo, no es cooperación ni es voluntaria la aportación; es una tarifa establecida y obligatoria. Y esta vez subió a $50.00. Alguna vez su argumento era que te “cuidaban” el auto, pero luego se los encontraba uno dentro del estadio viendo el juego.

Imposible razonar con ellos. Le comentaba a la señora que insistentemente me cobró, que se trataba de la vía pública y que esa es de todos, que ella no es la dueña, que no extiende recibos fiscales, que no paga impuestos, que la tarifa es arbitraria. Pobre mujer; Su argumento fue que toda la gente que “trabaja” recibe un sueldo por lo tanto debía yo pagarle. Le propuse que a la salida lo haría para garantizar que de veras “cuidaran” el vehículo y que se enoja. No aceptó. Como si se tratara de un establecimiento formal y legal, un estacionamiento privado, exigió que el pago fuera en ese momento. Y cuidado si no pagas, todos optan por dar los $50 a quedarse sin llanta o con el parabrisas estrellado.

Previo a la llegada hubo que buscar vías alternas porque al “ciudadano” candidato López “organizó” en la principal vía poblana, el Boulevard 5 de Mayo, una caravana de autos en apoyo a su campaña y no obstante lo desairado del evento, cerraron esa vialidad. (Aunque no lo crean López Zavala si es una persona, sí es ser humano. Yo juraba que era un personaje que se había escapado de la película “el planeta de los simios”, pero no, me dicen que su ADN si es de humanos, bueno, igual no alcancé a verlo por el desgarriate de tráfico que organizó.)


En la entrada del estadio, como siempre, gran desorganización. El acceso lento y tortuoso. No importa que llegues anticipadamente porque lo mismo te puedes encontrar con "nuevas" disposiciones, cómo que te revisan boleto por boleto, ya no funcionan los lectores de códigos de barras y hacen unifila donde tardas de 20 a 40 minutos.

A un pobre chavo que llevaba una bebé en brazos de escasos seis meses de nacida le exigían que pagara el boleto de la menor. Por más que les explicaba no le hacían caso y que llaman a la policía, y que me lo sacan de la fila como si fuera ladrón.

A uno más no lo dejaron ni meter los pañales limpios de su bebé (que pagó boleto) se los quitaron en la entrada, y ahí pude ver que les estaban quitando los cacahuates a un niño, que enojado mejor los tiró y los piso antes de dárselos al “guardia”. La supuesta vigilancia, traducida en robo “legal”, estuvo muy exagerada, a unos no los dejaban pasar los binoculares, a otros les quitaban las pilas de las cámaras y si las querían pasar pedían cien pesos, por supuesto que sin comprobante alguno. Quien pretenda llevar su lunch deberá tener en cuenta el gusto del polecía que se lo va desayunar, puesto que no se pueden pasar ni chicles.

Claro que también se puede presumir la creación de empleos, puesto que justo al lado de la unifila, un niño de cuando mucho 10 años, extiende una cartulina que dice: “se guardan paraguas, biberones, cámaras, pilas, y todo lo que no le dejen pasar”. Es mejor confiar en el menor que en un guardia malhumorado.

Ya en el interior, un señor llegó a sus plateas y encontró que ya se encontraban ocupadas por tipos que se negaban a desocuparlas y en tono altanero le espetaban: “pa’ que no llega temprano”; eran las 11:45. El tipo le pidió a personal del estadio que lo auxiliaran y estos lo hicieron los muy pen-santentes. ¿Por qué no llega temprano? ¿A qué hora debe llegar el DUEÑO de los asientos para “ganar” el lugar? Ahora pagar un boleto no es suficiente. En otras áreas los que llegan muy temprano, colocan suéteres o lo que tengan a mano para “apartar” lugares, pero ni siquiera para sus familiares, a un lado colocan las chelas y las botanas y una fila abajo los pies.

Iniciado el partido, un tipo que vendía cemitas, tuvo un percance y que se le caen tres; así como se lo imagina, desparramadas; mi indignación se hizo presente al percatarme de que a pesar de que lo observábamos una buena cantidad de personas, el tipo volvió a “armar” como pudo las cemas y las colocó de nuevo en su canasta, listas para ser ofrecidas a algún incauto; con la pena le dije que no fuera puerco; me miró, se rió y siguió anunciando sus “suculentas” cemitas. Otro de estos vendedores (hay uno cada 5 gradas) se rascaba los… esos y contaba dinero al tiempo que despachaba su producto comestible. La señora que hacía la compra ni se inmutó.

A los ambulantes no le son suficientes las escaleras y los descansos. Circulan en medio de las hileras de aficionados con todo y sus voluminosos e insalubres productos. Chicharrines, canastas con cemitas, rejas y cubetas con cerveza, charolas con cueritos, cacahuates, banderas, dulces, bromas, playeras piratas del equipo, algodones de azúcar, botanas varias, etcétera; ante la menor protesta, le dicen con cara de reto al quejoso: “lo siento, estoy trabajando”.

Al medio tiempo, un aficionado llegó al baño y a pesar de que no estaba muy concurrido, decidió no esperar a que terminaran los que estaban antes que él. Yo creo que se imaginó que la pared tenía mucha “sed” y que absorbería su líquido; así, sin rubor alguno.

La salida debe ser rápida y callada, en cualquier lugar acechan porras de ambos equipos y en el “fuego” cruzado apuñalaron hace tres semanas a una persona.

Si por cualquier anomalía, usted busca un policía, encontrará muchos, pero debajo de una sombrita ingiriendo lo incautado, y ante su solicitud sólo obtendrá un: “ya acabó mi turno”. El robo de espejos, tapones y llantas es “normal”, nadie lleva auto estéreo.

Me dicen los precavidos que mejor lo dejan a medio km en la colonia Maravillas, ahí sólo cobran $20, hay que desayunar bien en casa e ir al baño antes de salir, llegar mucho muy temprano, pero aún así cambiarse de lugar si llega algún grupo de borrachos (que continúan la fiesta del sábado).

Debemos “dar gracias” que el equipo no calificó a la liguilla y el estadio Cuauhtémoc estuvo solo a un 50% de su capacidad. En partidos más concurridos, la reventa está vigilada por los mismos directivos con policías, y el sobre cupo deja ganancias de dos millones, mientras que las “multas” no sobrepasan los 200 mil pesos.

El aficionado está indefenso. Es tierra sin ley. El aficionado no es tomado en cuenta, sólo su cartera. El desinterés y el desprecio de la directiva poblana por el aficionado es evidente.


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