domingo, 5 de abril de 2009

Perdimos… despertemos

Nos debemos dar cuenta los aficionados, que cuando se logra una “racha” ascendente de nuestro equipo esta lleva consigo una nube (blaquiazul) que opaca o de plano tapa lo “malo”.

Por ejemplo: Con el marcador adverso, YA no podemos agradecer a los “inspectores de seguridad” que nos cambiaron amablemente nuestros boletos de “rampa” de cien pesos, por los de “sol preferente” de $360. En cambio debemos criticar sus argumentos: “es que ya no caben arriba”; y tenían toda la razón, pero abajo tampoco, faltaban 45 minutos para el medio día y el estadio rebalsaba; pero como la FMF está buscando argumentos para eliminar el descenso, no va castigará a nadie, menos a los involucrados.

Ganando no hay quejas contra la reventa, por lo que los policías pueden platicar con los revendores sobre el “pinche calor” o el horario de verano.

Igualmente si al equipo le va bien, no importa que los directivos se demanden o embarguen, no importa que se rumore que Bernat esté rematando jugadores, ni que les deba un mes de sueldo.

Con los triunfos del equipo, a la afición mucho menos nos interesan los jaloneos de huesos para las diputaciones, no dilatan en nuestra mente los nombres como Carlos Hermosillo o Ana Guevara más que lo que tardamos en el retrete.

No nos preocuparía que sigan Decio y Justino en sus puestos, cuando mucho los comentarios serían si Javier Aguirre convoca o no al Cherokee.

Sin embargo PERDIMOS y nuestra amplitud de criterio nos da para acordarnos de lo mal que nos trata la vida y de las chingaderas que nos hacen nuestros gobernantes.

Furiosos buscamos culpables. Nos acordamos entonces que Henaine y Bernat dicen que ya no hay broncas entre ellos, que ya llegaron a un “acuerdo”. Porque sabemos que las demandas las “desvanecen” y el dinero aparece y desaparece de sus cuentas de banco. Podemos pensar que “su acuerdo” tiene dos vertientes, o está amarrado con sus colas (que ambos la tienen larga) o simplemente está pegada con chicle de menta… (de sus bocas) y en cualquier instante puede despegarse, entonces le dan otra masticada al tema ensalivan el acuerdo y les dura otra semana.

Derrotados mentamos madres a diestra y siniestra, y esta no fue cualquier derrota fue contra el América, no sólo hay que aguantar a sus amarillistas aficionados, sino que servirá para que televisa transmita y repita toda la semana los goles y comentarios. Luego entonces ni su “entretenimiento” nos conforma y nos inclinamos por el “catastrofismo”.

Fue culpa de Cabañas por meter gol, de Memo Ochoa por sus atajadas, de Acosta por cansarse de correr todo el campo, de Vilches y Nuñez por ser seleccionados, de Villalpando por si las dudas, de Chelís porque él lo dice, del árbitro por costumbre, del horario de verano, de las dos semanas de descanso, del colchón porcentual, del tercer lugar general, del sueldo de marzo, de televisa, de la prensa amarillista, de Bernat,… o mejor del borracho gritón villamelón, vestido de amarillo que se sentó junto a mi.

Disculparán la efusividád pero nos “quedaron mal” y estamos encabronados y frustrados. Ya se hablan chingonerías del equipo en todo el país, pero aquí en el Cuauhtémoc NO nos han convencido. No hemos podido celebrar, más que un empate con Pachuca.

Chelís asume la culpabilidad, no creemos que la tenga, en todo caso no encuentra el modo de jugar como local, pero lo seguirá buscando.

Los culpables somos los que soñamos y despertamos llorando, porque nos prometen ya no despertar o mantenernos en el sueño. Por eso Calderón llamó al Vasco, le urge que la selección califique, la crisis es una pesadilla real y el futbol es un sueño. Marín tiene planeado algo similar.

Lo ideal es distinguir el sueño de la realidad y buscar el sueño sin dormirnos, sin dejar de trabajar, sin acomodarnos, sin relajarnos.

René Avendaño Villafuerte
paraqueatuvuelta@hotmail.com
elpuebla.blogspot.com

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