Teoría del “partido vendido”

Soy un jugador de futbol profesional, no tengo chamba y un pelón carismático me convence sin mucho esfuerzo de que juegue en su equipo (lo hace al cuarto para las 12). Confío en él porque no hay otra opción, es chamba. Me advierte que los dueños del equipo andan en pleito y que cuando se pongan de acuerdo me darán contrato. Así como yo somos 25 más.

En los primeros partidos se presentan tres señores como administradores, y nos dan el primer pago. Conforme los resultados van saliendo, gracias al buen ambiente, al entendimiento, a las ganas de seguir luchando, vemos la posibilidad de negociar “premios”, “incentivos”. Todos SOMOS AMIGOS, todos nos vamos conociendo, hacemos reuniones, fiestas, comidas, y gracias a esto se pacta de palabra (porque somos cuates), un PREMIO económico, que se hará efectivo 24 HORAS DESPUES DEL SALVAMENTO MATEMÁTICO del equipo en problemas de descenso.

Claro que faltaba mucho para eso; le echamos ganas, cometimos errores, perdimos, empatamos, nos anularon goles, nos amonestaron, nos expulsaron, y comenzamos a ganar y a sumar.

Poco a poco vamos viendo que los dueños del equipo se llevan mal, cada semana se acusa uno al otro, incluso se habla de embargos; no obstante nuestro director técnico apoyado por los administradores, nos dan la confianza de seguir y sobre todo nos pagan formalmente. Seguimos jugando y sumando.

Ustedes aficionados se emocionan, la tele habla muy bien de nosotros, nos dejan de criticar y nos tratan como héroes.

Ya faltan pocos puntos, aunque el sueldo es bueno, pues uno hace planes para recibir el PREMIO de al menos 250 mil pesos de un solo tajo, nos motiva, nos gusta, y le seguimos…

De un día a otro nos enteramos que uno de los dueños, apoyado en demandas jurídicas, asume la ADMINISTRACIÓN y corre a NUESTROS administradores.

Traemos buena racha de partidos, traemos buen ambiente, buena energía, buena vibra, CONFIAMOS y como dicen le damos el BENEFICIO DE LA DUDA al dueño administrador (que por cierto no conocemos).

Tres partidos después (dos perdidos: América y Pumas; y un ganado Cruz Azul), teóricamente estamos salvados; pero claro falta lo matemático. No obstante el dueño de apellido Henaine se la ha pasado como es su costumbre atacando al otro y ahora a los administradores y PÚBLICAMENTE afirma que ÉL no va a pagar ningún PREMIO, talvez ni sueldos.

Fue una semana difícil, platicamos constantemente con nuestro entrenador y CONFIAMOS, pero NO VIMOS garantías de salario. Sobre todo porque sabemos que no somos amigos ni conocidos del dueño. Jamás hemos hablado con él.

El viernes de la semana mencionada el equipo contrincante no logra ganar y nos da la SALVACIÓN MATEMÁTICA. Claro que podemos esperar una semana, o a que termine la temporada, PERO este dueño se lava las manos y EL MISMO SÁBADO sigue diciendo que no hay NINGÚN trato con él.

¿Qué piensan ustedes aficionados? Puedo tener la cabeza fría, congelada, seca, robótica y desechar mi esfuerzo y pensamiento de tantas semanas atrás.

Ustedes aficionados, podrán cuestionar mi esfuerzo, podrán criticar mis errores, pueden mentarme la madre cuando no meto gol. Pero a mí, MIS AMIGOS me prometieron que en cuanto el equipo lograra la salvación tendría al menos 250 mil pesos en mi cartera. No les debe importar si pensaba comprarme un coche último modelo, dar el enganche de un departamento, bautizar a mi hija, si quiero irme de vacaciones a Europa o a emborrachar dos meses. Eso es cosa exclusivamente mía.

Pero este señor hijo de su .&%$#, CORRIO a MIS AMIGOS, hizo a un lado al otro dueño que tiene dinero y declara que no nos va a pagar premios. Es cierto que no firme nada, que no tengo contrato, que no tengo pruebas más que MI confianza en MIS AMIGOS.

Pero le estamos ENTREGANDO a este señor HENAINE un equipo de futbol profesional de primera división que al menos vale DIECIOCHO MILLONES DE DÓLARES, y cuando nosotros aceptamos jugar valía cuando mucho la mitad (tal vez menos). La ganancia es EL DOBLE, y si el tiene el 45% de acciones le corresponden mínimamente CUATRO MILLONES DE DÓLARES, y como “representante legal” va a vendernos a muchos de lo jugadores, va a vender publicidad y transmisiones. Y se niega a pagarnos nuestro PREMIO de menos de UN MILLÓN DE DÓLARES entre todos.

Por más que nuestro entrenador nos tranquiliza, cuando salimos a la cancha el DOMINGO, sentimos que queremos MANDAR A LA CHINGADA TODO. No tenemos ninguna garantía de que alguien nos pagará lo prometido. Es cierto que ustedes aficionados no tienen culpa alguna, pero no puedo tener la cabeza fría si acabo de perder tanto dinero. ¿Qué harían ustedes si tienen un empleo DE CONFIANZA y les cambian de jefe a finales de noviembre y el nuevo DECLARA que no va pagar aguinaldo? TA’ MADRE, si ya trabajaron todo el año. A ver, preséntense a trabajar con la cabeza fría.

Y encima, se atreven a afirmar y creer que VENDIMOS el partido. CLARO que lo vendimos, pero ni el señor Víctor Hugo Eugui, ni su directiva ni sus jugadores nos pagaron un quinto. Este partido nos está costando nuestro PREMIO. Y el esfuerzo de toda la temporada nos la pagan ustedes con abucheos y con desconfianza.

Ya las disculpas no valen, nos quitaron las ganas de luchar. Nos sentimos SOLOS.

Métanse su profesionalismo (o el mío) por donde quieran. Yo soy persona, soy padre, soy hijo, soy esposo, soy amigo y SOY HUMANO, vivo de que me den confianza, ganas, motivación, AMOR y premios; así es como siento que hice algo aquí. Si me prometieron algo y no me cumplen, ¿por qué soy yo el que NO quiere al equipo? Si yo lo salvé.

Vamos a jugar el sábado, claro; pero por orgullo propio, por ser amigos, por ganar juntos; si nos apoyan ustedes afición se lo agradeceremos, ya sabemos que si ganamos otra vez vamos a ser “SUS HÉROES”, se sentirá bien de nuevo, pero SÍ tenemos memoria. Si perdemos y nos abuchean, no será nuevo.

René Avendaño Villafuerte
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