Medios de a cuarto

Digamos que la culpa de todo la tenemos nosotros, ya que somos los que trabajamos, pagamos y sobre todo incrementamos su rating.

No somos exigentes, no somos críticos, no analizamos, y por supuesto no les exigimos calidad alguna a los medios de comunicación puesto que NO aplicamos esa cualidad en nuestra vida diaria.

Así pues, los breves comentarios hacia los medios de comunicación, sea por vía telefónica, mensaje por celular o palabras dejadas en los foros internéticos, jamás obtendrán respuesta favorable si solicitan respeto, profesionalismo, ética, responsabilidad, CALIDAD. En cambio si mandamos saludos, felicitaciones, besos, abrazos, pero sobre todo ocurrencias que a su editor le parezcan “chuscas”, de inmediato se publicarán en aras de obtener algo de popularidad.

Ya no encontramos empresa de comunicación que “sufra” la mediocridad de sus programadores y editores. Si la hay, no está a nuestro alcance, pero seguramente no es popular. Pareciera ser una regla no escrita, que la calidad y profesionalismo son aburridos e inversamente proporcionales al rating.

El punto de partida sigue siendo la televisión abierta. Los dueños de canales “independientes” alguna vez, terminaron por copiar a Televisa; el primero fue TVAzteca desde su privatización como Imevisión, (recordamos a Oscar Cadena o Víctor Trujillo; un reportero independiente e in fraganti el uno y un cómico de parodias políticas el otro; del primero nadie se acuerda, y si lo hacen será como presentador de videos caseros o recientemente mentando madres detrás de las porterías en Cancún; el otro tiene controlado rating por hacer payasadas, siempre las mismas desde que trabaja en Televisa.) Alguna vez CNI, luego TVC, Cadena 3, entre otros, muy posiblemente tienen laborando a ex directores o ex programadores de las dos primeras. El caso es que a semejanza de los partidos políticos, repiten y desean hacer las mañas que hizo el primero para estar arriba.

Las “novedades” son las mismas, programas matutinos de chismes, hasta con diez seudo conductores (presupuesto hay) y rellenados con videos descargados de youtube (del año pasado, ni siquiera recientes). Noticieros “ciudadanos” que pronostican que va llover, (wow); refritos de telenovelas con actrices con menos ropa y más busto; ah y deportes.

En los deportes, (donde se maneja la mayor cantidad de dinero “legal” en el mundo) la pelea por el rating se basa (más) en las “exclusivas y los derechos de transmisión”; es decir RE-privatizan. De este modo los eventos deportivos locales los pueden ver libremente en todo el país, menos en la ciudad en que se dan; para programas más especiales, se tendrá que contratar televisión por cable, para más habrá que contratar televisión “digital”, luego la satelital, y en eventos aún más especiales tendrá que ser en pai-per-viú (pago por evento); la especialidad la califica la empresa no nosotros.

Por ejemplo, hace un año pudimos ver hasta OCHO partidos cada jornada de futbol de la Liga de Campeones de Europa por la cadena televisora ESPN, sin embargo este año fue su rival FOX Sports quien pagó la “exclusiva” transmisión, pero sólo tiene un canal en México y por consiguiente sólo un partido transmitido. De la misma forma, la cadena compró los derechos de transmisión en México de la Liga Premiere de Inglaterra, ya tenía los de la Copa Sudamericana y la Copa Libertadores. Anuncian que “transmiten” Béisbol y futbol americano de Estados Unidos. En pocos términos: Mucho abarcan, poco aprieta; y peor aún, en aras de “crecer”, la calidad de sus transmisiones, comentarios y análisis, disminuyen.

Mientras más único, individual, o exclusivo es el canal, contiene menos; ya que sus espacios (limitados) son más cotizados, por lo que prefieren siempre el sensacionalismo y no el trabajo profesional. En la televisión de paga, hay más canales y más espacio para rellenar por lo que hay “más apertura”, pero muchos insisten con los mismos formatos de su programación.

Algo similar ocurre con la radio y más absurdo nos parece que repiten los comunes vicios de la televisión (aunque no existan imágenes de por medio); tal es el caso de las transmisiones deportivas, donde los “patrocinadores” cortan el audio en vivo, hasta por 90 segundos, por tres minutos del juego, además los seudo narradores, gritan y aplauden, pero no nos enteramos de la jugada que produjo su exclamación por su pésima elocuencia. Insisten igualmente en “darle espacio” a voces femeninas (chillantes, inexpertas y sin dicción).

Posiblemente habrá algún medio de comunicación que nos tire la primera piedra, debemos aclarar que no somos investigadores (sino televidentes, radioescuchas y lectores) Pero hasta en los “mejores” diarios notamos que los redactores desconocen lo que publican, y su labor se reduce a copiar y pegar, el software ya no les pide cuidar la ortografía ni la gramática, y en aras de ganar la nota y publicarla, abusan de adjetivos, muletillas y palabras que les suenan chidas o muy cool, para sentirse modernos.

Continuará…

René Avendaño Villafuerte

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