jueves, 7 de mayo de 2009

Cómo se arregla un partido

Los pobres comentaristas de futbol, perderían su credibilidad (la que tengan) y algunos su trabajo, si acusaran o declararan directamente que tal o cual partido esta arreglado. “No hay pruebas”, dicen. (nosotros no tenemos… trabajo).

No existe mejor prueba que el criterio de cada persona. Lo que se tiene qué hacer es alimentar ese criterio, darle argumentos.

El club Necaxa devaluaría 10 veces su valor al descender a la Primera A. (sucedería lo mismo con Tigres). Sin embargo Necaxa PARECE ayudarse al jugar el último partido, del que necesita ganar tres puntos contra su hermano América. También PARECE ayudarse del árbitro nacido en Aguascalientes (donde juega Necaxa) que dirigirá el partido Tigres-Morelia.

Existen muchos PARECEs, pero parecería que ninguno por sí solo es tajante, ninguno por sí mismo aclara el supuesto arreglo. (Hasta aquí, parece que en este artículo defendemos a Necaxa).

Pongámonos en los zapatos de Emilio Azcárraga. ¿Qué debemos hacer para que nuestra propiedad llamada Necaxa no se devalúe? No es nada fácil, me refiero a que no podemos de manera sencilla ponernos en sus zapatos, el señor gana mucho dinero. Y con este argumento, el dinero, ahí sí es muy sencillo comprar diariamente zapatos, y cambiarle zapatos a todos.

El club América no ha funcionado en los últimos años, tiene muy buenos jugadores, sin embargo no tiene conjunción, no tiene un lógico funcionamiento; parecería que basta con decirles que jueguen como siempre para que Necaxa les gane.

Por otro lado entendemos la mentalidad del jugador, sabemos que Emilio Azcárraga no va a llegar al vestidor del América y les dirá échenle la mano al Necaxa. El argumento que valida esto lo mencionó Chelís: “son muchas las personas que tienen que ver” y que se tendrían que convencer (comprar) para que se arregle un partido”. Pero en el club América sólo existen dos jugadores, Cabañas y Ochoa.

Malévolamente, se puede desde hablar como cuates con el jugador, ofrecerle un mejor contrato, un cheque, correrlo, despedirlo, o de plano para no comprometerlo disolver a medio partido un valium en su gatorei; o le sugieres al entrenador que tal o cual jugador “no tiene buenos partidos” en cierta posición, el masajista puede cansarle los músculos, el nutriólogo puede darle carnitas malolientes, el psicólogo puede regresar traumas de su infancia, el utilero puede quitarle las plantillas a los zapatos; y hasta cualquier chismoso (periodista o no) puede rumorear que “hay que quedar bien con el jefe”.

Y si YO, Emilio Azcárraga, voté, propuse, mencioné, apoyé y le deposito en su cuenta cada mes al Presidente de la Federación Mexicana de Futbol, entonces se amplían mis posibilidades de control. El colegio de árbitros depende de la FMF, y cualquier alumno de primaria con acceso a una computadora puede elaborar mejores programas que Decio de María y su famoso “ordenador”. No hay que mencionarle absolutamente nada al árbitro Ricardo Arellano Nieves, con el sólo hecho de ver que su nombre apareció en la pantalla del ordenador asignado al partido en Monterrey, ya sabe, ya entiende, cuál es su trabajo.

Dicen, se supone que esto no deja de ser un partido difícil y peleado, en la cancha son once mentes contra otras once, pero con una que piense o actúe diferente por tener piedras en el zapato (o en el cerebro), hace que la competencia sea 10 contra 12. Se le puede sumar un árbitro paisano, uno o los dos asistentes que pueden correr de más o de menos y ver diagonales y no perpendiculares, u otro asistente cerca de las bancas que pone minutos de más o de menos, y son otros cuatro con el mismo trabajo en el partido relacionado.

De cualquier persona en este siglo y más en este país estamos dispuestos a dudar, siempre que tenga alguna relación con el dinero. Sucede todo el tiempo en las “democráticas” campañas políticas, y luego en los “transparentes” gobiernos. Pero por supuesto que sucede en la empresa con más influencia en este país; Emilio Azcárraga da línea.

Afortunadamente, “existe un Diós” (que no es el dinero), hay quien lo llama Barbón, hay quien lo nombra Fe, hay quien ni lo menciona, sólo lo traduce en esperanza, en trabajo, en fuerza, en ganas, en güevos. El clarísimo ejemplo es, (fue) el Puebla de La Franja. (primer rival directo contra Necaxa) Aguantó que el Santos le pusiera jugadores sin derecho, aguantó que un árbitro papá quedara bien con el rector de su hijo, remontó goles anulados, aguantó expulsiones, aguantó amenazas de la federación… es más, aguantó (o aguantaba) una directiva peor que la del Necaxa, también revuelta con gobierno.

En ese aguantar, el Puebla en su papel de principal candidato al descenso, ayudó que a Indios de Ciudad Juárez no lo vieran feo y lo dejaran trabajar. Entonces los “débiles”, los “chiquitos” y honestos, seguirán en el futbol de primera división un año más.

Es difícil encontrar un papel firmado por el club Necaxa que sirva de “prueba”, no creo que televisa transmita una llamada telefónica al estilo gober precioso, tampoco habrá en la pantalla de la tele una persona guardándose dólares y ligas. El único argumento que no descalifica a Necaxa y a su dueño, es que Tigres (y sus dueños) tiene los mismos “derechos y obligaciones” de descender, sin embargo no es por votación, y aunque así fuera, al IFE también lo transmite televisa. Es más (.com también es de televisa), en caso de que Necaxa descienda, declaramos a su mismo estilo: todos sus movimientos están fríamente calculados.

René Avendaño Villafuerte
paraqueatuvuelta@hotmailcom
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www.e-consulta.com/blogs/criticoyluegoexisto

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