lunes, 15 de junio de 2009

¿Aficionados o Consumistas?

No es la primera vez que tocamos el tema y suponemos que no será la última. Así es el estilo de vida capitalista-neoliberal, consumir, consumir más, cambiar, “renovar”, “reforzar”, volver a consumir.

Cuando vamos al cine o al mercado por devedés, jamás es para ver o comprar una película vieja. Todos los productos alimenticios, ya sean de consumo básico o chatarra, tienen como obligación de marketing, renovarse, (normalmente sólo es en la envoltura).

Pues esa costumbre que provoca ansias de comprar el coche del año, el pantalón de moda o escuchar todo el día el nuevo sencillo hasta que hay otro; nos la aplican los mercadólogos al futbol y la aceptamos, no con resignación, con mucha felicidad, creyendo implícitamente que lo nuevo es mejor.

De una semana para acá ya no nos interesan los apellidos Osorno, Davino o Núñez; no importa que se nos olviden en esta otra los sobrenombres Bola, Samba o Cherokee. Ahora, aunque JAMÁS haya tenido NADA que ver con nuestro equipo, ya somos aficionados a un país africano llamado Angola.

¿Sabemos el significado de las palabras: Historia, arraigo, identidad? Ni siquiera entendemos el significado de: REFUERZO.

Al final de la temporada opinamos que no era necesario reforzarse, el equipo tal y como estaba, con la experiencia de un torneo más, estaba para campeón. Al final del torneo regular los aficionados preguntaban “¿quién te gusta para refuerzo?”; la respuesta más concurrente era un delantero más y un portero titular…YA.

Refuerzo. Esta palabrita futbolera la implantaron los promotores (traficantes de piernas) para que siempre que se pueda, se compré un “nuevo” jugador. (de eso viven). Entonces similarmente como comprar el chicle con rebuscados “nuevos sabores”, hay que “reforzarse” al menos cada seis meses.

Le creímos a Chelís (y él así pensó) en la “nueva era” del Puebla de La Franja, tiene estilo propio, tiene identidad, tiene arraigo, y lo plantó en el césped del estadio, era cuestión de “hacer historia”. No se pudo. El consumismo dicta que hay que vender, (borrar, olvidar) ser de nuevo débiles y… “reforzar” (comprar, cambiar).

No hay memoria para la historia, no hay espacio para sentar bases, no hay corazón para sentir arraigo; sin embargo este equipo se llama IGUALITO que el anterior, (no se llama Estudiantes en vez de Tecos, no se llama Monarcas en vez de Ates) se llama Puebla de La Franja, y hace mucho que no tiene apellidos (como Poblete, o Fogel, o Larios) ni padres, (no tiene madre). Entonces no hay problema, los aficionados mansos, creemos y juramos que es el mismo, por lo tanto “hay que apoyarlo en las buenas y en las malas”.


Entonces, cuando los comentaristas deportivos mencionan “defender los colores del equipo”… ¿Es literal? ¿Somos aficionados el NOMBRE? ¿A los jugadores? ¿Al consumismo? ¿A las playeras? ¿Al futbol? ¿Al entretenimiento?... ¿O al equipo?

René Avendaño Villafuerte
paraqueatuvuelta@hotmail.com

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