lunes, 15 de junio de 2009

¿Elecciones? ¿Beneficios?

En un día normal, abrimos unas diez páginas web de noticias y nos enteramos a grandes rasgos de lo que pasa en este país. A grandes rasgos porque procuramos no leer más de las primeras tres palabras de la sección de política: “todos en campaña”. Luego nos vamos a los deportes, ya de relleno leemos una que otra opinión.

Sin embargo las columnas y artículos, las cartas de los lectores y la creciente moda de contestar comentarios debajo, inmediatamente nos “inspiran” a retomar, criticar, contestar, y completar sus textos. Pero el tema en cuestión no es futbol, ni tiene que ver con deportes: son las “elecciones”.

Dicen, publican, comentan, que hay “toda una campaña” en los medios de comunicación para “no votar”. Ahora además de pelearse los azules y los tricolores por su mayoría en el Congreso, y de dividir más a la supuesta “izquierda”, también se hace una campaña política por no votar. (¿También la pagamos nosotros?)

En algún lado de nuestra historia (olvidada) y de nuestra memoria (apenas recordada) suponíamos encontrar que si el abstencionismo era “mayoría” habría que comenzar las campañas de nuevo y anular votaciones. Al menos la lógica debería estar así estipulada. No obstante aunque sólo voten tres personas, el IFE da por “democrática” la elección y a “gobernar” se ha dicho. Del anterior argumento se agarran los que SÍ van a votar.

Los que NO van a votar, no pueden contra tal argumento, dejan inconclusa su defensa ya que su costumbre mexicana es estar siempre en competencia, perdiendo y ganando, revanchas y trampas; elección tras elección. Cuando no se le cree al partido en el poder, pues “el cambio” es una “opción”. Cuando ninguno de los de arriba; entonces los partidos chiquitos o familiares (o sindicales); cuando ninguno es bueno, entonces hay que poner en la boleta: “Chelís pa’presidente”. Pero el colmo del asunto, el sinsentido, es no apoyar las campañas políticas, haciendo una. (A ver si no les cobra derechos de autor el Sub-zero).

Entonces, la pobre conclusión de los electores y ahora de los no votantes, parece basarse en el principio deportivo de las olimpiadas, “lo importante no es ganar, sino competir”. Y dan como argumento válido que tal o cual partido o color se BENEFICIA votando, anulando o no participando.

Dicen: “Abstenerse de sufragar o votar en blanco beneficiaría sólo al PAN y al PRI”. ¿Al votar por los otros no? ¿Los partiditos no están aliados con estos dos? ¿Su izquierda existe? ¿No son los partiditos los que avalan a los partidotes?

Son todos parte del mismo juego, de la misma competencia a la que llaman “democracia”. Todos están dirigidos por la misma mano: dinero-corrupción.

El escenario el 7 de julio es el mismo, tenga el color que tenga; los partiditos que pierden gritarán “fraude”, aceptarán su minoría en el Congreso y en tres años lo volverán a intentar. De eso viven.
Si existen entre los candidatos, “honrosas excepciones”, es urgente indicarles que no se manchen, que no jueguen, que no compitan; las reglas de ese juego están ya establecidas, no hay posibilidad de triunfo, mucho menos de cambio.

El hecho de no votar no conlleva el buscar a quién beneficiar y a quién no, ES NO CREER en su show, en sus elecciones, en su burla. Los que votan no deben dudar, al desconfiar dan cabida al juego. Los que NO votamos estamos seguros. Como entretenimiento preferimos mil veces el futbol, es más serio.

René Avendaño Villafuerte
paraqueatuvuelta@hotmail.com

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