miércoles, 17 de junio de 2009

Hacer, no piratiar

A nivel internacional los mexicanos tenemos fama de perezosos. Un comentario del padre Nacho menciona que lo que necesita un mexicano para ponerse a trabajar es… cruzar la frontera. Cambiar de ambiente, cambiar la mentalidad, no ser mexicano.

La segunda fama, que incluso muchos mexicanos la afirman con orgullo, es la de ser los segundos mejores en el mundo en cuanto a productos piratas. Los primeros son los chinos, pero ellos son más conocidos por su mano de obra barata; mientras que los mexicanos tenemos picardía, tenemos creatividad, tenemos gracia, pero tenemos harta güeva de usarla, mejor la copiamos y si tenemos algo de dinero la compramos. Nos vamos por el lado fácil.

Por ejemplo, Carlos Slim, “nuestro” millonario mexicano, elevó sus ganancias tras “comprar” bara bara a Teléfonos de México, de manos de su tocayo y amigo Salinas, que en vez de inyectar recursos públicos para comunicaciones, mejor se guardó ese dinero y “vendió” Telmex, para que otro haga el trabajo que le toca al gobierno. Igualito que las subrogaciones de las guarderías del IMSS, igualito que las carreteras concesionadas, igual que se está haciendo con la energía eléctrica y petróleo.

No es por costumbre, no es una guía, no es ejemplo, es PEREZA. Los mexicanos queremos dinero fácil, todos queremos aquel empleo en que menos se nos emplee, pero nos paguen como si trabajáramos. Los puestos más cotizados son los de gobierno, porque no sólo se tienen el sueldo y todas las prestaciones, sino que se pueden hacer “favores” y luego cobrarlos.

En las próximas elecciones, los “ciudadanos” vamos a “cumplir con nuestra obligación civil de votar” y luego de ésta simple marca de crayola sobre papel, nos sentamos a dormir (civilmente) al menos tres años, mientras que ésos a los que “elegimos” cobran su sueldo cada quincena y roban diariamente. Es decir no los vigilamos, no nos quejamos, mucho menos derrocarlos.

Pero aunque no queramos aburrir a los lectores con política, sucede exactamente lo mismo en toda nuestra cotidiana vida. El cine es territorio gringo con doblaje nacional, al igual que la tele; el chavo del 8 y el chapulín colorado, famosos en Sudamérica, siguen al aire y en sus guiones y argumentos quedan siempre de manifiesto la holgazanería mexicana (que orgullo). La música "popular" son covers extranjeros (valga la redundancia), ya no hay compositores.

Ahora entonces, veamos el futbol; NO hay la mínima intención de desarrollar, de HACER, de CREAR jugadores. Así nos tienen acostumbrados a los aficionados que SIEMPRE vemos con muy buenos ojos COMPRAR a los ya hechos; “aceptamos que llegue Juan de las Pitas con tal que seamos campeones”. Eso sí, siempre los criticamos por NO tenerle amor a la camiseta cuando fallan un gol, y cuando otro equipo los compra les decimos traidores.

La flojera por lógica conlleva la irresponsabilidad, lo común de los mexicanos es culpar a todos los posibles menos a nosotros mismos, y en el último de los casos, aplicamos los: “qué se le va hacer”, “ya que, ni modos”,” ya valió”,“haiga sido como haiga sido”.

René Avendaño Villafuerte
paraqueatuvuelta@hotmail.com

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