lunes, 15 de junio de 2009

Sin futbol y con sobrecupo de políticos.

Estamos aburridos, hastiados, de vez en cuando encabronados y apáticos. Los pocos partidos de futbol que tenemos ya tienen sobre cupo de candidatos.

Los debates políticos tendrían más validez en un ring de box; en México, sería más democrático un torneo de futbol de tres meses entre partidos políticos que en las campañas; el goleador del equipo merecería ser presidente del congreso y su entrenador presidente de la república, según el número de puntos en la tabla general se repartirían las curules; en vez de competir por el no descenso, sería por el registro.

No es que estemos divagando, o no mucho; pero nos están metiendo la política (que no es lo mismo que politizarnos) hasta por el… ¡ah no!, por el entretenimiento queremos decir. Por ejemplo, en nuestros leves divagues, nos hacen pensar: ¿Qué preferimos? votar por Chelís o por los otros… porque no tenemos idea de cómo se llaman esos otros, tampoco conocemos sus “propuestas”, en cambio al ser candidatos podemos afirmar que jamás harán algo bueno.

Chelís sale cada veinte minutos en spots del pri; en igualdad de circunstancias están los Pumas tomándose fotos y recibiendo medallas de Marcelo Ebrard, los tuzos deben recibir en su estadio al junior Calderón y sus amigos; Javier Aguirre y la selección, detuvo el entrenamiento porque Felipe necesita tomarse la foto…

Si tuviéramos científicos creadores en México, tendría gran éxito el inventar una televisión que ocultara la franja publicitaria permanente en los partidos de futbol sin ocultar la cancha, (pero de seguro harían otra vertical a la derecha o la izquierda); podría tener la opción de reconocimiento de voz, programada por el usuario para detectar los mensajes de Calderón en los medios tiempos, cambiando de canal automáticamente.

Era nuestra primera idea, ignorar las campañas políticas, pero mancharon al futbol, (faltan las telenovelas y las caricaturas) ya tienen publicidad a todas horas en todos lados. ¿cuál es la opción? ¿votar? ¡JA!

Ya nos regañaron quienes afirman que la política y sus elecciones son “cosa seria”. ¿Dónde? Ni siquiera los rostros en su publicidad lo son, el fotógrafo no pudo con ellos y no quisieron gastar en asesores de imagen.

El IFE y sus elecciones jamás han sido una opción o posibilidad de cambio, el que gane y el que pierda tienen el mismo perfil; el derrotado se hará de más “amigos” que inviertan en su campaña y lo intentará otra vez; el candidato electo buscará un puesto de mayor rango, mayor dinero, y mayor responsabilidad vendida o echada a la basura. Pero no es de ahora, ni del sexenio, ni del siglo; es la eterna historia electoral de México.

Por costumbre, los mexicanos somos irresponsables. Huimos lo más que podemos del trabajo, nos conformamos con poco porque siempre el hacer un poco más nos cuesta mucho ejercicio y pensamiento; estamos hablando del ciudadano común, del taxista que junta el gasto diario y a veces para la cuenta del patrón y regresa al sofá a ver la tele; del maestro que ordena en el aula leer el libro mientras platica con la maestra de junto; de la empleada de mostrador o ventanilla que se pinta las uñas o habla por teléfono, del empleado de oficina que con la modernidad del messenger y la música mp3 trabaja dos horas de las 8 que ocupa su silla giratoria.

Entonces algunos de estos irresponsables (y güevones) “ciudadanos comunes”, se les cruzó “la oportunidad” (que suertodotes) de ser políticos y ahora “aprovechan” su puesto, (jefe de sector del partido en su colonia o presidente de la república, el perfil es el mismo). Y le piden cooperación a la memelera de la esquina, nos cobran más impuestos, se incrementan el sueldo, privatizan los recursos naturales, entre otras cosas SERIAS; pero también se toman foto con nuestros héroes, creyendo que la honestidad y los triunfos se transmiten por el sentido del tacto.

Cada quien su gusto, cada quien su juego, cada quien su “libre albedrío”… Al César lo que es del César; a los candidatos, sus comunes electores; al futbol, Chelís y el vasco Aguirre; a Dios lo que es de Dios.

René Avendaño Villafuerte.
paraqueatuvuelta@hotmail.com

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